90. 



Noventa días de improvisación es una intervención de movimiento pensada para tres espacios que, en los últimos años, he habitado. La premisa es explorar periodos largos de improvisación guiados por las imágenes que cada espacio posee. 90 más bien es el deseo de improvisar-bailar-mover como registro de memorias del cuerpo, como provocador de estados, como vía de conciencia de mi huella en el espacio. Es un diario, un testimonio, una bitácora  y un experimento. ¿Qué imágenes me mueven? ¿Cómo el espacio transforma al movimiento? ¿Cómo se habita el cuerpo cansado, indispuesto? ¿Es necesario presentarse frente a una audiencia para ser espacio-tiempo-cuerpo-danza-coreografía?. 90 días es un goce, un pretexto, una adicción al movimiento.